miércoles, 10 de octubre de 2007

Posible, deseable, realizable.






Esto va para ti, para ti pequeño que sin darnos cuenta y pasando malos momentos juntos, acabamos más unidos que nunca. A ti pequeño, que aunque te vea poco siempre te tengo presente. A ti pequeño, porque espero que siempre cuentes conmigo. Porque quien nos diría que unos edificios viejos rodeados de tanto cesped serían el lugar donde nacería nuestra amistad.




Y va para ti, porque sé que me lees y en ocasiones me entiendes mejor que nadie por poco que te diga. Porque aunque intente vivir mi vida de otra manera, siempre me quedo en un segundo plano por gente como tu, por gente que vale la pena.




Hoy Campanilla se sintió llena manchando sus manos de pintura. Hoy se sintió feliz reviviendo esa infancia que nunca tuvo. Hoy es más Campanilla que nunca, con o sin Peter Pan, que más da ya. Pero que poco duran los mejores momentos.




Se siente confundida, aturdida y es que siempre en pleno vuelo le salen al paso obstáculos. Con lo fácil que sería formular la pregunta y salir de dudas, pero de nuevo el miedo apaga el aleteo de sus alas. Y posiblemente sea una cobarde que prefiere vivir de un posible que descubrir que no existe posibilidad.




Y es que a pesar de no conocer la inocencia, le encanta vivir de sueños. Porque piensa que todos son posibles, porque son deseables y porque no también, realizables. ¿Acaso no es posible que ella sea feliz? ¿Acaso no es deseable que ella fuese feliz? ¿Acaso no es realizable su felicidad?



A veces Campanilla quiere beber hasta olvidar, olvidar para siempre muchas cosas que la bloquean ante la posibilidad de ser por fin libre y feliz.



¿Por qué ya no existen las noches en las que vomitar penas ante la pantalla era su salvación? ¿Por qué ya no hay nadie que aguante sus resacas de tristeza? ¿Por qué se acabó antes de comenzar? ¿Por qué hay cosas que nunca comienzan?

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